Adonis Desconocido

Era viernes y salí con las amigas a tomar unas copas en el lugar de moda. Estábamos las 4 en una mesa, así como tipo sex on the city, tomando Cosmopolitan y esperando que algún chico decida invitarnos a bailar. Yo comencé a recorrer el lugar con la vista, buscando algo que llamara mi atención y justo cuando mis ojos pasaron por el bar, ahí estaba el, una figura divina que como en las películas hizo contacto con mis ojos y no pude apartarlos por unos minutos. Me tomare la libertad de describirlo como lo recuerdo, tenía unos ojos que tiernos que provocaban sentimientos eternos, contrastando con su boca que solo me provocaba pensamientos perversos y lujuriosos, que decir de su cuerpo era como un fuego que te invitaba a ser devorada. Me quede unos minutos admirando su figura y luego seguí la conversación con las amigas, por un momento me olvide del Adonis del bar, tome otro trago y me dispuse a bailar con un joven que me invito. Al cabo de un rato siento que me tocan por el hombro y una voz suave y sensual me dice: ¿desea bailar señorita? Al voltear a ver sentí como se me erizaba la piel, era el joven del bar quien me invitaba a bailar. No lo dude ni un segundo y le di mi mano para que me ayudara a parar, me olvide de la música, solo me dispuse a disfrutar el ser tocada por esa figura que inspiraba mis más sensuales pensamientos, no sé en qué momento leyó mi mente porque sus manos iniciaron a rozar mi cuerpo de una forma que ni que se lo hubiera pedido, sus pasos me llevaron a un rincón del lugar donde solo estábamos los 2. Al parecer el alcohol había empezado a surtir su efecto desinhibidor en mí pues mi cuerpo no ponía ninguna resistencia. Acerco su boca a la mía y rozo sus jugosos labios con los míos, respondí al gesto entreabriendo mi boca para besarnos con pasión y desenfreno, sus manos surcaban mi cuerpo como un artista con el barro, sus movimientos suaves pero firmes hacían que perdiera la cordura y me pegara mas y mas a él. Jugaba con su lengua dentro de mi boca haciéndome presa de sus besos. Me susurro al oído, vámonos de aquí. Mi mente insistía en hacerme ver que era un completo extraño pero mi cuerpo suplicaba que lo siguiese, le eche la culpa al alcohol pues obvie los pensamientos racionales, tome mi cartera y les dije a mis amigas que me iba guiñándoles el ojo. Me llevo a su auto muy caballeroso me abrió la puerta y espero a que entrara para abordarlo. Ya dentro del carro y a una cuadra del lugar su mano comenzó a rozar mi pierna, no lo detuve, al abordar su coche deje cualquier rastro de pudor fuera de él. Tome su mano y la lleve por el interior de mi falda, el sintió la humedad producida por mi excitación y piso el acelerador, llegamos al hotel más cercano, mantuvimos la ecuanimidad unos minutos en lo que pagaba por la habitación. Al entrar en la habitación la lujuria, el deseo, la pasión se apoderaron de nuestros cuerpos porque no bien cerramos la puerta cuando ya nos desnudábamos el uno al otro. Me tiro sobre la cama, se quedo un instante recorriendo mi cuerpo desnudo con los ojos, sentía como su mirada me devoraba. Mis ojos le pedían a gritos que me poseyera y se hizo de esperar, se abalanzo sobre mi cual león sobre una gacela, su boca recorrió mi cuerpo humedeciendo con su lengua cada centímetro de mi piel, el éxtasis entre los 2 era demasiado para soportarlo, hundió su excitado miembro en mi humedecido y caliente sexo, sentir el roce del suyo en las suaves paredes de mi vagina me producía un placer indescriptible. Su boca, lengua y dientes se adueñaban de mi cuello, de mi boca, de mi pecho, sus mordidas, lamidas, chupadas, besos en conjunto con su penetración me llevaron al cielo entre espasmos y temblores. Llenos de placer nos tumbamos en la cama, nos bañamos juntos, nos vestimos, me llevo a mi apartamento y con un largo beso de despedida, nos prometimos volvernos a ver. Recibo sus picaros mensajes, aun no concretamos la cita…