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lunes, 9 de mayo de 2011

Virginidad Anal

En varias ocasiones mi novio me había suplicado que lo dejase entrar por mi puerta trasera, lo intentamos en mas de una ocasión pero su imponente pene hacia que al más leve intento yo desistiese de la idea...

Había visto varias películas porno y ver el placer que experimentaban me hacia desearlo mas y mas. Mis amigas también me animaban a ello pues decían que el placer era algo indescriptible. 

Ese día luego de una ardiente conversación con él, le pedí que viniera a verme, que tenía una sorpresa para él. Me bañe y elegí un juego de interiores blanco... quería que la ocasión fuese especial… Mientras me vestía, pensaba en esas imágenes, de caras placidas siendo penetradas y esto me ponía cada vez mas ansiosa. Vestí unas tanguitas de encaje blanco, unos Bra que hacían juego, me coloque unos ligueros y unas medias nylon blancas, parecía sacada del video de Madonna "Like a Virgin". 
Lo espere en la sala de mi apartamento vestida solamente con el atuendo antes mencionado... le envié un mensaje de texto diciéndole que por favor usara su llave ya que algo me imposibilitaba para abrirle.

Llego y así lo hizo, abrió la puerta como de costumbre, cuando entro lo primero que sus ojos vieron fue a mi recostada en el mueble de la sala, toda vestida de blanco... No entendía aun lo que en mente tramaba pero aun así sonrió con picardía porque fuese lo que fuese ya le estaba gustando. 
Me pare de el sofá y lo tome por la mano, lo llevaba hacia la recamara... El miraba como el hilo dental que traía puesto se perdía en mi trasero y su excitación no se hizo esperar, mirar esa parte de mi anatomía que tanto le atraía, el contoneo de mis caderas al caminar, mi atuendo y su ardiente pensamiento que ya había comenzado a trabajar en su perversa mente, hicieron que ya estuviera bien duro cuando llegamos a la habitación.

Ya dentro de la habitación, comencé a desnudarlo, aun sin besar o acariciar, parecía mas una esclava sexual que su pareja, desnudo al fin inicie a besarlo, mordisquee sus labios y oreja mientras le susurraba al oído: quieres saber cuál es tu regalo, cual es la sorpresa? Hoy tomaras mi virginidad anal y me harás tu mujer por completo... 

Sentí como su excitación llego al máximo, mis palabras lo encendieron de tal forma que olvido las sutilezas por completo, ahora era él quien mordisqueaba mis labios con deseo desenfrenado, esas palabras lo hicieron estremecer. 
Llegamos a la cama, el desnudo, yo aun en mi sensual atuendo. Desde que me subí a la cama me coloque en la posición deseada, solo puedo decir que esto lo puso como loco. No me desnudo, solo hizo mi ropa interior a un lado, comenzó haciendo una línea con su dedo desde la entrada de mi ano hasta mi clítoris, pasaba de adelante a atrás excitándome, haciendo que mis jugos se concentraran en la entrada de mi ano, ambos estábamos muy excitados, entraba su dedo en mi culito y yo comenzaba a gritar, gemir, era una especie de dolor placentero que me hacia moverme hacia él. Ya cuando sintió que estaba bien excitada, puso un poco de lubricante en su pene, lo coloco en la entrada y sin más preámbulos lo metió de un solo empujón… grite, sin embargo me movía hacia él para que me penetrara más profundo, el dolor se intensifico, pero igual lo hizo el placer, mis amigas tenían razón, era algo mas allá de lo imaginable, el me agarraba de la cintura mientras me penetraba mas y mas profundo y mas y mas rápido, sentía su sudor caer por mi espalda. Lo miraba por el espejo que estaba frente a nosotros y veía su cara tan excitada, no podía negar que lo estaba gozando. 
Sentí como su cálido placer inundaba mi interior, había llegado al clímax en mi interior, cayó en mi espalda, totalmente extasiado, complacido, placido al igual que yo… susurro que lo había hecho feliz por ese regalo, desde ese entonces mi puerta trasera está abierta para el…


1 comentario:

  1. Magistral: ejemplarizante, didáctico y conciso, muy recomendable a dirigir a entornos legos para educación sexual

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