Seguidores

viernes, 30 de diciembre de 2011

POR ELLA

Estuve esperándola casi por media hora, llegue justo a la hora indicada pero por la cantidad de gente que atravesaba el aeropuerto, su espera se retraso. Miraba entre la gente que salía con sus maletas y abrazaba a sus familiares y amigos hasta que la vi con su mirada inquieta buscando un rostro conocido entre tanta gente. Ahí estaba ella justo como la recordaba, cabello negro ondulado y esa sonrisa que hacía que el sol perdiera su brillo, me acerque a ella y le dije hola hermosa, sus ojos brillaron al verme como quien ve a alguien a quien extraña. Un beso en la mejilla y un tierno abrazo fue todo por el momento, fue tanto el anhelo por aquel momento que no supimos que hacer.
La lleve a su hotel para que descansara del viaje, con la promesa de buscarla en la noche para que saliera a conocer. No tenía intenciones de llevarla al mundo nocturno, no sin saber todo de ella antes, así que reserve una mesa en un restaurant pequeño y coqueto donde pudiéramos conversar.    
Regrese a la hora acordada, con la prisa de quien espera un regalo anhelado, tanto tiempo de soñar con ella que ahora que la tenía conmigo no iba a dejar pasar. Toque su puerta me dejo entrar aun sin terminar de cambiarse, ver su piel semi desnuda desato pensamientos que solo en mis sueños había realizado. Ella sabía de mi fascinación por ella pero su visita era solo platónica, así que tenía que controlar mis impulsos de ir a ella desnudarla y poseerla en esa habitación como había soñado.
Termino de vestirse y fue como ver una fantasía a punto de ocurrir, llevaba un vestido blanco, ceñido al cuerpo como una segunda piel dibujando ardientemente su muy curveada figura, contuve las ganas de besarla y enredar mis manos en su pelo.
Conversamos toda la noche entre copas, risas y coqueteo pero yo no podía apartar mi cara de sus redondos pechos y su deslumbrante sonrisa.  La lleve a su hotel a descansar.
Entramos la mire a los ojos y le dije, descansa, ella me tomo de la mano y me dijo, no te vayas, quédate conmigo, mi corazón quería salir de mi pecho y los pensamientos lujuriosos se apoderaron de mi, ella lo noto pues seguido de sus palabras beso mi boca con tal placer que me rendí a ella, sus labios carnosos y suaves desataron en mi la pasión, el contacto de sus senos pegándose a los míos desataron la lujuria y el descontrol. Baje mis manos al ruedo de su vestido y fui subiéndolo acariciando su suave piel. Su primer gemido me obligo a morderle los labios, se acerco a mi oído y me susurro era este momento el que esperabas tanto como yo? … sus palabras fueron como polvora y casi le arranque la ropa, tome sus deliciosos pechos en mi boca y sus gemidos marcaban la intensidad de mis caricias.
La mordí, la lami, la bese y ella no paraba de decirme que le encantaba, que siguiera, que no parara. Meti mis manos en su tanga, mis dedos se hundieron en ella sin parar, estaba tan mojada que resbalaban, moje su boca con su humedad y ambas disfrutamos del sabor de su placer.
No pude evitar desear probar mas de ella y baje mi boca a su entrepierna, mi lengua jugaba con su clítoris haciéndola gritar, reir, gemir, jadear, todo al mismo tiempo. Me agarraba de sus nalgas para no dejarla escapar y mis dedos se marcaban en ella, ella pegaba su sexo a mi boca y se movía temblorosa sin querer apartarse. Mi lengua se perdió entre sus placeres, no hubo espacio que no recorriera. Sus gemidos eran mi placer. Su orgasmo era el mio, sus jugos mi delicia.
Entre gritos, risas y gemidos me dio su primer orgasmo, primero entre muchos que disfrutamos, orgasmos que dieron inicio a mi devoción POR ELLA. FIN 

No hay comentarios:

Publicar un comentario